
CIUDAD HOSPITALARIA- Uno de los rostros que uno no puede olvidar de Lima es la hospitalidad de sus habitantes.
Desde varios de sus hoteles de cinco estrellas se puede admirar la geografía costera de una ciudad que se ve como una media luna. O de vuelta a tierra, pasear por sus malecones y parques donde hay desde gente practicando el tai chi, o admirando el vaivén de los surfistas en la cresta de una ola, o subiéndose a un parapente para sobrevolar su Costa Verde. O si se prefiere dar espaldas al mar, empezar a recorrer la ciudad a pie por sus parques más emblemáticos y terminar de compras en las tiendas de su moderno aeropuerto.
Desde varios de sus hoteles de cinco estrellas se puede admirar la geografía costera de una ciudad que se ve como una media luna. O de vuelta a tierra, pasear por sus malecones y parques donde hay desde gente practicando el tai chi, o admirando el vaivén de los surfistas en la cresta de una ola, o subiéndose a un parapente para sobrevolar su Costa Verde. O si se prefiere dar espaldas al mar, empezar a recorrer la ciudad a pie por sus parques más emblemáticos y terminar de compras en las tiendas de su moderno aeropuerto.
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